Sabañonesblog
23 febrero 2015
23 febrero 2015,
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El eritema pernio, conocido comúnmente como SABAÑÓN, es un trastorno inflamatorio de la piel, que representa una respuesta vascular anormal producida por la exposición a temperaturas húmedas y frías de las áreas cutáneas descubiertas. Las lesiones se localizan característicamente en la piel distal de las manos y de los pies, caderas y glúteos.

Es común en países en donde el clima es frío o templado y húmedo. Más frecuente en mujeres jóvenes entre los 15 y 30 años de edad, aunque también ocurre en niños y ancianos. Los afroamericanos, los fumadores, el consumo de alcohol y los familiares de personas afectadas, sufren con mayor frecuencia esta enfermedad. Las personas con una insuficiencia circulatoria son más susceptibles de padecerlos. Es menos común en climas muy fríos, en donde están más preparados para combatir las bajas temperaturas.

La sintomatología en el pie comienza con una sensación de hormigueo y ardor en los dedos, la piel se torna cianótica (violácea) y aparece un intenso prurito (picazón) que puede llegar a ser insoportable. La persona al rascarse en busca de alivio, se irrita agravando los síntomas de lesión.

Sabañón

Si persiste el eritema puede aparecer una acentuada tumefacción, la piel se vuelve hipersensible formándose pequeñas vesículas por extravasación de los capilares linfáticos. Al abrirse las vesículas y     agrietarse la piel debido a la inflamación, pueden producirse ulceraciones y complicaciones infecciosas.

Es importante explicarle al paciente que lo más importante en esta enfermedad es su asociación con el frío y la humedad.  Por eso se debe mantener la piel seca ya que disminuye la pérdida de calor. Abrigarse la zona, utilizar un calzado que no comprima el pie y, a poder ser, que incorpore una cámara de aire entre el calcetín y el zapato para que se caliente y no de sensación de humedad.

Es recomendable evitar la exposición al frío cuando ya ha ocurrido un episodio previo así como restringirr el consumo de nicotina porque amplifica la respuesta vasoespástica al frío y atenúa el reflejo de vasodilatación inducido por frío.

Es conveniente la práctica moderada de ejercicio, pero nunca a la intemperie en días con baja temperatura.

Cuando aparecen los síntomas, la zona debe limpiarse, secarse y calentar de forma indirecta. Evitar el rascado o la fricción ya que podrían empeorar las lesiones.

Las lesiones infectadas o ulceradas deben tratarse acudiendo a su podólogo

Hay tratamientos que incluyen la administración de vasodilatadores para reducir la inflamación y el dolor, promoviendo la curación.

 

 

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